Abeliansky expone que hay una serie de elementos que son esenciales para el conocimiento: "Primero hay que tener siempre presente que el conocimiento implica la conciencia de un objeto...(...) El conocimiento reconoce innegablemente un juicio de valor, explícito o no."
Se puede partir de la concepción mental del objeto pero para abordar al conocimiento es inevitable y necesario confrontar, equiparar, aislar y tocar. "Inclusive en las percepciones más frecuentes estos métodos corresponden a la formulación de juicios" afirmó Abeliansky.
En general, el conocimiento puede ser alcanzado en forma inmediata pero otros
demandan reflexión, investigación y pensamiento que repercutirán determinantemente en el proceso de conocimiento. Como
se ha visto, la verdad y la certidumbre son condiciones
indispensables para el logro del conocimiento. Debe enfatizarse el
hecho de que la opinión, no importa cuán bien fundada, no
constituye conocimiento.
Las
nuevas experiencias son siempre aprehendidas por medio de conceptos que
el individuo ya posee y que, de algún modo, recibió o heredó de
otros usuarios del lenguaje. Estos conceptos son tácitos; en
consecuencia todo nuestro conocimiento se basa en una dimensión
tácit, por lo que como
contraste al concepto de conocimiento tácito surge el de
conocimiento explícito. Este último es el conocimiento objetivo y
racional que puede ser expresado en palabras, oraciones, números o
fórmulas, en general independientes de contexto alguno.
Es
necesario entender que un cambio radical se produjo en algún punto
de la historia de la humanidad respecto del significado del
conocimiento y fue el punto de partida para el progreso que hoy
conocemos. El
momento trascendental estuvo dado por el hecho de que desde la
antigüedad el conocimiento se destinaba al ser y en un punto empezó
a destinarse al hacer.
Abeliansky reitera que el
nuevo trabajador del conocimiento con el que se construirá un país sustentable y desarrollado "en el largo plazo demandará de una considerable
cantidad de educación formal, a la cual se le suma un proceso de
aprendizaje continuo y no formal que va a facilitar adquirir y aplicar
conocimientos teóricos y práctico-analíticos."
Es imperativo generar un marco de consenso para edificar un nuevo
modelo educativo, teniendo en cuenta no sólo quiénes son las personas más
preparadas para decidir al respecto en total comunión con las
necesidades de la sociedad argentina; sino cómo vamos a lograr este cambio. "Estamos hablando de pensar un proyecto de país en el largo plazo, con un sistema educativo concebido no sólo para formar ciudadanos y profesionales, sino también para hacerlos más libres" razonó Abeliansky.
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