lunes, 6 de mayo de 2013

Abeliansky: El manejo del riesgo en sociedades interconectadas




Abeliansky sostuvo que "coexistimos en nuestra sociedad con el riesgo de tal forma que lo hemos interiorizado y consentido como una parte más de nuestra vidad en comunidad"; ya que "algunos de estos riesgos son tomados espontáneamente y sin obligaciones aparentes, mientras que algunos otros se ven circundados en graves disputas y protestas."

"Lo pertinente del punto es que son necesariamente aquellas situaciones que más frecuentemente producen daños las más fácilmente asumidas por la sociedad, ya que los riesgos que asumimos en la vida diaria son admitidos como un “estereotipo” a pesar de que el número de complicaciones y muertes que causan son más importantes que inundaciones u otros problemas naturales que hemos vivido, y que llevaron a múltiples reclamos sociales" aseveró Abeliansky.

Las diversas maneras de confrontar a los riesgos a los que nos vemos expuestos son tan disímiles como distintos son los ciudadanos o las clases que conforman el entramado social; ya que en la sociedad de hoy no sólo confrontamos con la globalización de los riesgos individuales sino que los grandes riesgos actúan potencialmente en toda nuestra Argentina, superando las fronteras concebidas por el hombre, de la mano de la tecnología y las comunicaciones.

Nuestro actual estilo de vida tan interrelacionado genera que lo que afecta a una comunidad de una provincia, tiene la potencial capacidad de repercutir indefectiblemente en el resto del territorio, tanto directa como indirectamente. Con todo, considero que la presencia constante del riesgo en la sociedad moderna argentina y la reacción inmediata de sus efectos se hace forzoso incluir el concepto de “sociedad del riesgo” y deberemos adecuarnos a la noción  de que convivimos con el riesgo en estos años iniciales del siglo XXI, bajo un marco propiciado, por una interconexión global inédita.

El riesgo como objeto que debe ser gobernado

Innegablemente, nuestra sociedad actual está limitada y prescrita por la aparición de la cultura del riesgo. La globalización ha borrado en términos prácticos, claramente no en términos jurídicos, fronteras físicas de naciones, cuestionando cómo nos organizamos y vivimos la sociedad; derrumbando la vieja visión de unidad territorial cohesionadora en torno a instituciones políticas nacionales.

Para comprender la huella que la globalización marca en nuestra sociedad podemos determinarla como una prolongación sucesiva de las formas de relación y de organización social que sobrepasan los espacios cotidianos y se propagan hasta absorber todo el territorio nacional. Todo esto representa que nada de lo que acontece en nuestro país confina sus repercusiones a nuestro espacio geopolítico determinado, mejoramos trambién gracias a  nuestros vecinos y variamos su realidad de la misma forma que ellos se nutren de nosotros y transformamos su espacio político y social.

Abeliansky concluyó que seguridad y riesgos se han convertido en un tema de pertinencia para toda la sociedad, "no porque antes no existiese, sino porque su propia naturaleza -producto de las crisis que demolieron los valores esenciales de la sociedad- y fundamentalmente por su extensión de carácter global, que sorprende a la clase política tradicional y requiere de la consideración de nuevos paradigmas que sean realmente efectivos."


 

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